Artículo escrito por Ana S. |
Actualizado: octubre 1, 2017
Eres tan hermosa que ni aun cargada de cadenas parecerías una esclava.
Ojala fueras mi profesora de ciencias, así aprendería mucho al observarte.
Te iba a decir que no es difícil llegar a quererte con el alma.
Tu atractivo y mi estilo salvaje son los matices que haran de este paisaje… un atractivo salvaje.
Aunque seas la sombra de una ilusión, solo tú eres capaz de darme lo que anhelo.
Eres el Cáliz de fuego que ilumina mi corazón.
Una mirada de tus ojos, y mi vida sera tuya.
Eres tan dulce, que haces que el azúcar sepa a sal.
Ahora que te veo, todas los delirios que provocas se justifican completamente.
Eres un tónico para los ojos cansados.
Eres una atractiva belleza sureña.
¡Oye bebe!, no crezcas demasiado rápido.