Neptuno (planeta), es el cuarto planeta en cuanto a tamaño y el octavo en cuanto a distancia al Sol. El descubrimiento de Neptuno fue uno de los éxitos de la astronomía matemática. En 1846, para explicar las alteraciones en la órbita de Urano, el astrónomo francés Urbain Le Verrier calculó la existencia y la posición de un planeta nuevo. El mismo año, el astrónomo alemán Johann Gottfried Galle descubrió el planeta a 1° de esa posición. La posición de Neptuno fue calculada, por otra parte, por el matemático británico John Couch Adams, pero los observadores británicos no actuaron con suficiente celeridad para anunciar el descubrimiento del planeta.
La distancia media de Neptuno al Sol es de 4.500 millones de kilómetros y su diámetro lineal medio es de aproximadamente 49.400 km, o sea, cerca de 3,8 veces el de la Tierra. Su volumen es aproximadamente 72 veces, su masa 17 veces y su densidad media 0,31 la de la Tierra o 1,7 veces la del agua. El albedo del planeta es alto: refleja el 84% de la luz que recibe. El periodo de rotación es de cerca de 16 horas y el periodo sideral de revolución es de 164,79 años. Su campo magnético está inclinado más de 50° respecto al eje de rotación. La magnitud estelar media del planeta es de 7,8 y casi nunca es visible a simple vista, aunque se puede observar con un pequeño telescopio, apareciendo como un pequeño disco azul verdoso. Los científicos creen que Neptuno debe tener alguna fuente interna de calor ya que la temperatura de su superficie es similar a la de Urano, que está a más de 1.500 km más cerca del Sol. La atmósfera se compone fundamentalmente de hidrógeno y helio, pero la presencia de más del 3% de metano da al planeta su sorprendente color azul. Su climatología se caracteriza, en términos generales, por sus violentas tormentas y sus vientos, los más fuertes del Sistema Solar, con velocidades de más de 1.400 km/h.
Imágenes del planeta obtenidas por el telescopio espacial Hubble en 1996, 1998 y 2002 permitieron a un grupo de científicos estadounidenses observar un aumento progresivo del brillo y la anchura de las bandas nubosas en su hemisferio sur; otras imágenes anteriores de Neptuno parecen corroborar este aumento de brillo, que se vendría produciendo desde 1980. Los científicos llegaron a la conclusión de que estas variaciones respondían a un cambio estacional. La inclinación del eje de rotación de Neptuno con respecto al plano de su órbita solar sería la causa de la existencia de estaciones en el planeta; al igual que en la Tierra, serían cuatro, pero cada una de ellas con una duración de más de 40 años, dado el periodo sideral de Neptuno.
Satélites y anillos
Se conocen trece satélites que giran alrededor de Neptuno, dos de los cuales se pueden observar desde la Tierra. El mayor y más brillante es Tritón, descubierto en 1846, el mismo año en que se observó Neptuno por vez primera. Tritón, con un diámetro de 2.705 km, es poco menor que la luna terrestre. Su órbita tiene un movimiento retrógado, esto es, opuesto a su dirección primaria de rotación, a diferencia de cualquier otro satélite importante del Sistema Solar. A pesar de su temperatura extremadamente fría, Tritón tiene una atmósfera de nitrógeno con algo de metano y una cierta neblina. También muestra una activa superficie de géiseres que arrojan una materia subterránea desconocida. Nereo, el segundo satélite (descubierto en 1949), tiene un diámetro de unos 340 km.
La sonda planetaria Voyager 2 descubrió otros seis satélites en 1989. El estudio de múltiples imágenes del entorno de Neptuno obtenidas con dos telescopios terrestres, uno del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo y otro del Observatorio Mauna Kea, permitió, en enero de 2003, descubrir otros tres satélites, con diámetros de entre 30 y 60 km. La sonda Voyager no pudo detectar estos satélites debido a su escaso brillo y a que se encuentran a una distancia considerable del planeta. En septiembre y octubre de 2003 la Unión Astronómica Internacional (IAU, siglas en inglés) anunció el descubrimiento de sendos satélites de Neptuno, aunque uno de ellos ya había sido observado en agosto de 2002.
Neptuno también está rodeado por cinco anillos.
Más información
Neptuno es uno de los cuatro planetas mayores del sistema solar, octavo en el orden de distancia al Sol, de un color azul grisaceo y presenta una mancha azul de grandes dimensiones situada en el ecuador planetario, de características similares a la Gran Mancha Roja de Júpiter.
Su distancia al Sol es de 4.494 millones de km, lo que equivale a 30,07 la distancia de la Tierra al Sol. Su revolución alrededor del Sol se efectúa en 164 años y 280 días.
El planeta no puede verse a simple vista, por lo cual, observándolo con un telescopio adopta la forma de un disco circular, con los bordes más oscuros que las regiones centrales, existiendo en su superficie algunas rayas espectrales muy parecidas a las de Júpiter y Saturno. Su luminosidad es del orden de la de una estrella de magnitud 8.
La temperatura de su superficie es bajísima, de unos -2000°C, por lo que la mayor parte de los gases han de encontrarse en estado líquido e incluso sólido.
Su atmosfera esta compuesta principalmente por metano. Neptuno tiene ocho satélites conocidos: Triton, Nereida, Nayade, Talasa, Despina, Porteo, Galatea y Larica, y sus diámetros están comprendidos entre los 50 y 400km.
Durante el siglo XIX algunos astrónomos se encontraron intrigados por ciertas perturbaciones inexplicables en el movimiento de Urano, lo que hizo surgir la hipotesis de la existencia de un planeta desconocido cuya influencia sobre Urano produjera dichas perturbaciones.
En 1845 el británico Adams calculó la posición y los elementos de la órbita del nuevo planeta, aunque su trabajo no fue tenido en cuenta.
Le Verrier realizó los mismos cálculos, comunicando sus resultados a la Academia de Ciencias en 1846; sus predicciones fueron confirmadas aquel mismo año por Galle, del observatorio de Berlín, lo que representó un gran avance en cuanto a las posibilidades de cálculo aplicadas a la astronomía.