Júpiter es el mayor de los planetas del sistema solar y el cuarto en ubicación de distancia con el Sol. Su diámetro ecuatorial es alrededor de 11 veces más grande que el de la Tierra, con 142800km de distancia y un diámetro polar de 135 500km.
La gravedad de este planeta es dos veces y medio la de la Tierra, por lo que se deduce que nada puede escapar de su atmósfera. Se cree que la composición de Júpiter conserva las características de la materia que conformaron sus orígenes, distinta a la de los planetas de característica terrestre.
La mayor parte del planeta está formado por hidrógeno líquido monatómico, por encima de esta región, el hidrógeno es líquido en forma molecular, con unas temperaturas de varios miles de grado. La atmósfera de Júpiter está compuesta por hidrógeno y helio, en una proporción igual a la del sol, con unos mil kilómetros de espesor.
La estructura de Júpiter está compuesta por nubes que presentan cristales de amoníaco. La rotación es de unas 9 horas y 51 minutos en las regiones ecuatorianas y de 9 horas y 56 minutos en las latitudes mayores.
Júpiter posee 60 satélites (4 de ellos tienen una dimensión planetaria) y un sistema de anillos descubierto por el Voyager 1. En 1994, Júpiter recibió los impactos de unos 20 fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9, un cometa del tipo periódico que probablemente rompió en pedazos años anteriores, por efecto gravitatorio de Júpiter al acercarse demasiado al planeta.
En la actualidad, muchos astrólogos que se dedican a interpretar cómo inciden las influencias planetarias en los seres humanos, han tomado de la mitología romana, entre otros, al dios de Júpiter, señor del cielo, de la luz, de la lluvia y del rayo, y que significaba el dios de la protección en la guerra, como también de los derechos y la verdad.