Se define como objeto (del latín objectus) a todo lo que puede ser conocido o que puede gozar de cierta sensibilidad por parte del sujeto, aunque también se entiende como la materia de la que se ocupa una ciencia o estudio, como en «La cura para el cáncer es objeto de estudio para miles de científicos alrededor del mundo».
Por supuesto, el significado más conocido de la palabra objeto es simplemente el que lo señala como un sinónimo de una cosa, como en «Pásame ese objeto de allá» o «Repartió muchos objetos a los asistentes al evento». Sin embargo, en contextos más específicos la palabra adquiere significados distintos.
En el estudio de la filosofía, por ejemplo, el objeto se ve como algo que puede ser una cosa o un constructo, pero no ambas cosas al mismo tiempo. A las cosas se les atribuyen propiedades sustanciales y a los constructos propiedades conceptuales.
En el mundo de la informática y la programación, un objeto es aquella unidad que realiza las tareas de algún programa mientras se está ejecutando.
Los objetos pueden interactuar los unos con los otros, pudiendo recibir datos, procesarlos y luego enviarlos a otros objetos para en su conjunto lograr el funcionamiento de un programa.
Por ejemplo, en una agenda, puede existir un objeto que se llame persona y que almacene cada uno de los contactos. Este objeto, a su vez, podría tener propiedades como nombre, número de teléfono, correo electrónico, etc…
En la astronomía, un objeto es algo físico que los estudiosos han confirmado que existe y se da en el universo conocido. Sin embargo, la confirmación de su existencia no implica que sea una verdad absoluta, y muchos objetos astronómicos están en duda respecto a si existen o no, mientras que otros resultaron ser objetos de una categoría totalmente distinta a la que se les asignó inicialmente.