Los músculos son órganos que cumplen un rol fundamental en todos los animales, permitiendo su locomoción, es decir, haciendo posible su movimiento, y esto se debe a la capacidad de los músculos de relajarse y contraerse.
Pero no sólo eso, sino que gracias a los músculos el cuerpo puede mantenerse quieto o estático, en la postura normal de esqueleto, sin problemas; por medio de los músculos mantenemos nuestra posición erecta.
Los músculos (de manera activa) y el esqueleto (de manera pasiva) se encargan de la locomoción.
El ser humano posee alrededor de unos 650 músculos, los cuales podemos clasificar en esqueléticos y viscerales; los primeros se asocian con el esqueleto, mientras que los segundos son uno de los elementos constituyentes de aparatos u órganos.
Todos los músculos se conforman de tejido muscular, y están compuestos por una gran cantidad de fibras carnosas; usualmente constan de tendones. Aproximadamente el 45% de nuestro peso total está dado por la masa muscular.
Según su forma, los músculos se agrupan en tres categorías: músculos largos, músculos cortos, y músculos anchos. Lo músculos largos, como por ejemplo los bíceps, tienen un diámetro menor que su longitud, y pueden ser aplanados o fusiformes.
Los músculos cortos, por medio de una gran fuerza física ejercida, pueden realizar movimientos cortos. Los músculos anchos, como el diafragma, se ocupan normalmente de revestir y separar diversas cavidades.
Otra de las clasificaciones que existen dentro de los músculos, es por su ubicación dentro del cuerpo; así encontramos: los músculos del tronco, los músculos de la cabeza y el cuello, los músculos de los miembros superiores, y los músculos de los miembros inferiores. También se puede diferenciar entre músculos voluntarios e involuntarios.
