El matrimonio es tradicionalmente la unión legal entre un hombre y una mujer, que adoptan una vida juntos, guiados por el amor mutuo, como marido y mujer, con el fin de la procreación; aunque actualmente en algunos países la ley permite y avala el matrimonio homosexual, es decir, entre personas del mismo sexo.
El vocablo matrimonio viene de “matrimonium”, palabra que en latín significa “madre”, lo cual expresa la importancia de la maternidad y la procreación, como fin supremo, en esta unión.
La procreación no es posible en el caso de los matrimonios homosexuales, no obstante, en algunos países tienen la posibilidad de adoptar, para poder constituir una familia.
Las personas se unen en matrimonio una vez que creen que su amor está listo para traspasar nuevas fronteras, y así poder formar una familia; no obstante, desafortunadamente muchos matrimonios son por conveniencia o interés, es decir, por dinero, por status social, o por algún tipo de beneficio.
El matrimonio es además de un acto legal, una tradición social, puesto que la sociedad está de acuerdo con el matrimonio y éste implica generalmente una serie de eventos sociales, que son independientes del aspecto civil.
Los cónyuges, es decir, las personas que integran el matrimonio, adquieren con el mismo, obligaciones, derechos, y bienes en común.
Ante la separación de los cónyuges, es decir, el divorcio, los bienes que se han adquirido durante el matrimonio se reparten de manera igualitaria (hay excepciones, pero deben estar bien fundamentadas de manera legal).
Además del matrimonio civil, existe el matrimonio religioso, es decir, la unión ante la mirada de Dios. Dentro de la religión católica, el matrimonio es uno de los siete sacramentos, junto con el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia y reconciliación, la unción de los enfermos, y el orden.