El término refiere a cualquier acción recíproca entre dos fenómenos, factores o sistemas. En sociología, es un concepto introducido en Europa a mediados de la década de los 50′ y posteriormente desarrollado por T. Parson en Estados Unidos.
Indica cualquier forma de acción mutua de dos o más personas o grupos sociales, en la que cada una de las partes orienta su conducta en función de la de la otra parte (estímulo y reacción) o bien toma como base las expectativas puestas en la otra parte (roles complementarios, definición de situaciones, etc.)
La condición previa para que se produzca interacción es la existencia de un mínimo de símbolos comunes. A diferencia del concepto tradicional, de relación social, que se basa en un contacto que ya existe, la interacción pone más énfasis en la toma de contacto.
En ecología, existe la interacción depredador-presa en la cual, entre dos especies, una se alimenta de la otra, constituyendo un circuito regulador dentro de la organización general de un ecosistema. Cuando un depredador está especializado en una sola presa, las fluctuaciones en la población de ésta provocan grandes oscilaciones en la población de aquella.
Por lo general, los depredadores tienen un espectro alimentario más amplio que permite compensar las variaciones excesivas de la cantidad de presas.
En física, es un concepto que comprende las fuerzas fundamentales que actúan entre las partículas elementales. Se distinguen cuatro tipos de interacciones: la interacción fuerte (unión de los núcleos atómicos); la interacción electromagnética (fuerzas entre cargas eléctricas y de todos los procesos químicos); la interacción débil (desintegración beta de los núcleos atómicos) y la interacción gravitatoria (entre todas las masas y produce su mutua atracción).