Fruto comestible que se obtiene de diversos árboles, arbustos o hierbas, pueden ser silvestres o cultivados, y es utilizado comúnmente como alimento.
La clasificación de la fruta se divide en: frutos de pepita (manzana, pera, cítricos y membrillo); frutos de carozo (ciruela, damasco, durazno, dátil, oliva); frutos en baya ( frambuesa, zarzamora, uva, arándano); y frutos secos (castaña, nuez, almendra, pistacho).
La fruta posee un alto valor nutritivo debido a su contenido de vitaminas y minerales, los cuales refuerzan el sistema nervioso, contribuyen a la formación de la sangre y al desarrollo muscular. Su valor calórico generalmente es bajo y su sabor depende de la época de madurez y la duración del almacenaje. La fruta temprana posee un 80% de contenido de agua y pocas veces se puede almacenar a diferencia de la tardía.
Los frutos secos son ricos en proteinas y poseen además un alto contenido de grasa. Muchos de ellos presentan cáscara y otros, por haber sido sometidos a desecación, pueden ser conservados durante todo el año.
La fruta se utiliza tanto en fresco como en conserva, siendo mucho más alto su valor nutritivo en fresco y con cáscara, o bien como zumo. La fruta se conserva a partir de un proceso de deshidratación o confitado, con exclusión de aire y cocción. También encontramos su uso en la elaboración de vinos de frutas por prensado y en licores de fruta por destilación.
Una plantación de frutales nuevo se realiza a partir de injertos y adecuadas variedades, ya que la implantación no es recomendable a partir de la semilla. Los cultivos frutales mixtos favorecen a la utilización racional del cultivo.