Se le conoce como farmacia a aquella ciencia que estudia como preparar, conservar y combinar productos para crear remedios contra las enfermedades. Estos productos pueden ser tanto naturales como artificiales. Farmacia proviene del latín pharmacĭa, y este a su vez del griego φαρμακία.
Una persona especializada en farmacia hoy en día, se dedica más que nada al dispendio de medicamentos y al trabajo en los sistemas de Seguridad Social, ya sea en la revisión de medicamentos para su seguridad y eficacia o como proveedores de información a los usuarios.
Durante los siglos anteriores al XX, la creación de medicamentos corría a cargo de un maestro farmaceútico. Sin embargo, esto cambió cuando surgieron las primeras grandes corporaciones e industras farmaceúticas, que comenzaron a desarrollar medicamentos utilizando grandes equipos de científicos, entre los que se incluían químicos y biólogos. Actualmente, lo farmaceúticos que trabajan en el desarrollo de medicamentos colaboran mano a mano con científicos especializados en otras áreas, lo que ha permitido lanzar medicamentos más especializados y eficaces.
La palabra farmacia no sólo designa a la ciencia que estudia los medicamentos, sino también al establecimiento comercial en donde se pueden adquirir los distintos productos medicinales. Dependiendo del país, las farmacias pueden o no vender todos los medicamentos de manera libre. Con el fin de evitar que la gente se automedique de formas que podrían ser peligrosas, las leyes de muchos países exigen que la venta de muchos medicamentos se realice exclusivamente si el usuario presenta una receta médica.
Existen muchos tipos de farmacias comerciales. Si bien las más comunes son las comunitarias, existen también las farmacias de hospital, que como su nombre indica, se encuentran instaladas en hospitales y manejan medicamentos más complejos y especializados, que no son vendidos por las farmacias comunitarias ya sea por su alto costo o por la poca demanda que tienen.
Con el despegue de Internet, también se han hecho populares las farmacias en línea, que son parecidas a una farmacia comunitaria pero que le ofrecen al usuario ventajas como el anonimato o, en el caso de las personas que no pueden salir de casa, la posibilidad de recibir los medicamentos en la puerta del hogar.