Europa (astronomía), satélite de gran tamaño del planeta Júpiter. Es el sexto más alejado del planeta y gira alrededor de éste a una distancia de unos 671.000 km, completando una órbita aproximadamente cada 3,55 días terrestres. La órbita ligeramente elíptica de Europa se encuentra en un plano paralelo al ecuador de Júpiter.
Con un diámetro de unos 3.140 km, es ligeramente más pequeño que la Luna de la Tierra, y uno de los diez satélites más grandes del Sistema Solar. Está compuesto principalmente de rocas que contienen compuestos de silicio y oxígeno. Su superficie está cubierta de hielo de agua. Es posible que bajo esta capa de hielo haya un océano de agua líquida. Las fuerzas gravitacionales mantienen caliente el interior del satélite.
La superficie de Europa presenta pocos cráteres. Su principal característica es la presencia de unas líneas anaranjadas que se concentran cerca del ecuador. Parecen ser fracturas en las capas de hielo llenas de material de color naranja que fluye del interior del satélite, formando una red de estrías poco profundas. Imágenes tomadas por la sonda espacial Galileo indican la presencia de géiseres en erupción a lo largo de las fracturas, apoyando así la teoría de que Europa tiene un océano de agua líquida bajo el hielo. También a partir de imágenes obtenidas por esta sonda, astrónomos del Instituto Lunar y Planetario de Houston (Estados Unidos) dedujeron que la capa de hielo que recubre al satélite tiene un grosor de entre 19 y 25 kilómetros. La atmósfera de Europa resulta irrespirable puesto que su concentración de oxígeno es demasiado pequeña. Los científicos creen que el oxígeno está producido por la luz del sol o por las partículas energéticas atrapadas en el campo magnético de Júpiter, que descomponen el agua en hidrógeno y oxígeno.
Europa fue descubierto independientemente en 1610 por el astrónomo italiano Galileo y por el astrónomo alemán Simon Marius. A los otros tres satélites de Júpiter descubiertos ese mismo año y a Europa se los conoce como las lunas de Galileo; Marius los bautizó con los nombres de los amantes mitológicos del dios griego Zeus (Júpiter para los romanos). Europa fue una princesa raptada por Zeus.
Muchos de los datos conocidos sobre la estructura y la superficie de Europa han sido proporcionados por las sondas espaciales Voyager 1 y 2, encargadas de estudiar el planeta Júpiter. Estas naves pasaron cerca del satélite en 1979 y rastrearon sólo una fracción de su superficie. En diciembre de 1996 se produjo el primer acercamiento de la sonda Galileo a Europa.