Término que proviene latín erigere y que refiere a todo aquello (cosa o persona) que presenta una postura parada o vertical.
Una persona con postura erguida es aquella que se encuentra levantada y se mantiene derecha respecto al nivel de una superficie. El cuerpo humano puede adoptar diversas posturas cuando se encuentra parado o sentado, pero tener una buena postura significa mantener el cuerpo erguido.
Para ello, es necesario mantener la espalda recta, evitando de esta forma, los problemas de columna y de los músculos. A su vez, la oxigenación del cuerpo resulta beneficiada.
La persona que está sentada frente a una computadora por ejemplo, debería estar siempre atenta de mantener una postura erguida; si el cuerpo se inclina demasiado hacia adelante, los órganos de la digestión se comprimen y la respiración resulta afectada. Una postura erguida preserva las curvas de la columna vertebral evitando posibles lumbalgias y problemas cervicales.
Frente a situaciones adversas o dificultades que se presentan en la vida, algunos pensadores, filósofos o religiosos plantean la importancia de mantenerse erguido como actitud de vida y poder así, superar toda adversidad. Una actitud erguida puede simbolizar fortaleza y coraje: “se mantuvo erguido frente a la muerte de su hijo”.
Por otra parte, este concepto es utilizado como forma metafórica para referirse a una conducta orgullosa que mantiene un individuo, muchas veces comportándose de un modo despectivo y altanero hacia otras personas.
Los objetos se encuentran erguidos cuando están ubicados verticalmente en una línea recta, como por ejemplo, una serie de árboles que se levantan en un monte. Un caso llamativo que podemos apreciar en los animales, es la postura erguida que adoptan las suricatas cuando están cuidando a su manada: se paran en dos patas y mantienen el cuerpo recto observando hacia ambos lados, posición que les permite tener una mejor visualización y control del movimiento de otras especies, evitando posibles ataques.