Un dibujo (término originado a partir de un vocablo francés) es una expresión artística, una obra, elaborada con el fin de agradar al sentido de la vista, y muchas veces, de transmitir una idea, sentimiento, o sensación; de la misma manera, se llama dibujo al arte cuyo fin es la enseñanza de la creación de dibujos. Pero no todos los dibujos son artísticos, algunos poseen otros fines, como por ejemplo, ayudar a la comprensión de un concepto.
El artista, cuando dibuja, utiliza elementos como la línea, las luces y las sombras, la perspectiva, y diversas técnicas, en relación a lo que pretende lograr.
Podemos distinguir distintos tipos de dibujos, como los dibujos artísticos (intentan expresar belleza, mediante cosas bellas o hasta desagradables), y los dibujos geométricos (representaciones gráficas útiles para la matemática y las demás ciencias exactas). También existen los dibujos técnicos, dibujos arquitectónicos, dibujos industriales, y dibujos geodésicos, entre otros.
Podemos clasificar a los dibujos en figurativos y abstractos; los primeros son iguales o similares a la realidad que nos rodea (por ej.: el dibujo de una flor, de un paisaje, un retrato); mientras que los segundos son más difíciles de comprender, y dejan al criterio del espectador el significado de la obra, pues los dibujos abstractos utilizan líneas, colores, formas, y demás recursos; pero no se basan en elementos concretos propios de la realidad.
El dibujo necesita un soporte material (ej.: papel, cartulina, cartón), o bien puede estar plasmado en un soporte virtual (hecho en la computadora, por medio de un programa como podría ser el “paint”). Para dibujar sobre papel se utilizan lápices de colores, o sólo lápices negros si se quiere; la combinación de colores es decisión de cada artista.
Los dibujos sirven además para comunicarnos, pues muchas veces expresan más ideas de las que se podría manifestar con palabras. Es por ello que no hay que subestimar el poder de los dibujos de conmover a la gente, o de enseñarle ideas valiosas.