Término que refiere a la sucesión de movimientos del cuerpo ejecutada según un ritmo; generalmente va acompañada de música rítmica o melódica, o de textos y vocalizaciones entonadas.
La danza es uno de los medios de expresión más primitivos con que el hombre ha simbolizado fenómenos anímico-espirituales. En pinturas del Paleolítico aparecen danzantes (cuevas de Cagull, Levante español). En culturas pigmeas y tasmonoides, así como en los esquimales (último grado del Protolítico), aparece el baile individual y de grupo.
En la Edad Antigua, la Biblia se refiere con frecuencia a danzas sagradas y profanas. De Egipto se conocen las danzas de cosechas, funerarias, acrobáticas y de culto (festivales de Osiris).
Abundan los testimonios de danzas rituales, mágicas y medicinales en las antiguas culturas de la India, Java y Japón, y entre los brujos amazónicos; las heliolátricas del norte europeo y de las tribus amerindias; las antropolátricas (jefe-dios y culto a los antepasados); las cosmolátricas (fenómenos cósmicos), y las reminiscencias culturales de los amuletos.
De Grecia se conocen las danzas de carácter (tranquilas, violentas, jocosas, líricas, trágicas, sagradas, guerreras, gimnopéricas y satíricas). De los romanos, el salio o tripudium sacerdotal y la pantomima, espectáculo de los tiempos imperiales. El cristianismo proscribió la danza ritual, que podía comprometer su espiritualidad. Hubo algún intento de introducirla en el siglo IV, después del Edicto de Milán, pero se insistió en la prohibición.
Durante la Edad Media surgió la danza de la muerte o macabra, de origen religioso y penitencial. En la Alemania medieval tenían distinto nombre las danzas individuales y colectivas (tanz y reigen), en los textos latinos, ballatio y chorrea y, en Francia, danse y carole, del carol navideño inglés.
Las estampies francesas (s. XIII) y españolas eran instrumentales; en cambio, la balada y el rondó silmultaneaban el canto y la danza. Otros bailes medievales fueron cambian do mudanzas y estilos al ser aceptados por la burguesía en sus casas de danza y por los príncipes en sus salones cortesanos.