La palabra cine es una abreviatura de cinematógrafo, cuyo origen proviene del griego kinema, -atos, “movimiento” y -grafo, dibujar, grabar y refiere al lugar donde se proyectan regularmente películas cinematográficas.
Las primeras películas eran proyectadas en los sótanos, en las barracas de ferias o en los cafés, aunque el rápido desarrollo tecnológico y de producción de películas hicieron necesarias la existencia de locales fijos utilizados específicamente para este fín. Los cines fueron construidos con normas precisas y asegurados contra incendios.
Los grandes cines aparecieron a principios del Siglo XX y con el transcurso del tiempo, devinieron en la coexistencia de multisalas o minicines con una amplia oferta de películas. En la actualidad, existen además cines de arte y ensayo donde se proyectan películas con especiales valores artísticos, con el objetivo de continuar la creación cinematográfica y asegurarle un espacio de exhibición. Algunos de ellos se encuentran en museos y filmotecas.
Respecto a los géneros que podemos observar en el cine, se destacan el cine cómico, el de aventura, el de terror, el de autor, el de drama, el fantástico, el policíaco, el negro y el independiente.
Dentro del género cómico, tuvo su época dorada el cine mudo con personajes como Chaplin, Keaton, Larry Semon, Harold Lloyd; y dentro del cine sonoro, los hermanos Marx, Lewis y Woody Allen. Por otra parte, el cine de autor tuvo su máximo apogeo en la Europa de los 50′ con figuras como Fellini, Antonioni, Bertolucci, Visconti, Rosellini, Truffaut, Bergman, Buñuel, entre otros.
El cine de terror ha dado vida a una serie de monstruos que llegan a la pantalla hasta nuestros días, tales como Drácula, Frankestein, la momia y el hombre lobo. El expresionismo alemán de los años 20′, el cine de terror de la productora Universal en los 30′ y el cine de la Hammer inglesa durante los 50´ consagraron el momento culminante de este género.