El bosque (vocablo de origen germánico) es un bioma bueno para la vida, y para la lucha contra la contaminación, caracterizado principalmente por la abundancia de árboles, pertenecientes a una sola o a escasas especies (cuando hay dos o más especies de árboles, siempre existe predominancia de una de ellas).
En los bosques las precipitaciones son abundantes, y las aves poseen generalmente alas cortas para volar entre las ramas de los árboles sin dificultad. Los bosques son muy valiosos, pues debido a la gran cantidad de vegetación arbórea absorben mucho dióxido de carbono, y producen oxígeno; además regulan los flujos de agua (flujos hidrológicos), y preservan el suelo.
Este bioma, estudiado y analizado por la ecología forestal (la administración de los bosques es la silvicultura), se encuentra medianamente presente en diversas partes del mundo, aunque está amenazado por la deforestación, es decir la tala excesiva de árboles, para producir cosas que requieren de manera, o caucho; no son muchos los bosques que permanecen sanos, sin influencia negativa de la actividad humana y la industria.
Respecto del clima y la ubicación encontramos diferentes clases de bosques, entre ellos los bosque tropicales, los subtropicales, los templados y los boreales. En las zonas de clima templado, con veranos húmedos y inviernos secos, se hallan muchas veces los bosques caducifolios, que en el invierno dejar caer sus hojas.
Los bosques primarios, también conocidos como bosques nativos o bosques vírgenes, son aquellos originados naturalmente, y con pocas o nulas intervenciones humanas. Los bosques secundarios, con menor biodiversidad que los primarios, son bosques regenerados luego de una total o parcial deforestación. Por último, los bosques artificiales son los bosques originados por la acción del ser humano.