Qué es, Significado y Concepto

Definición de Armadura

Artículo escrito por Ana S. | Actualizado: octubre 31, 2020

Armadura, cualquier equipo compuesto de materiales diversos, aunque por lo general metálicos, utilizado como protección del cuerpo en combate. El recurso protector más antiguo es el escudo; la armadura corporal más antigua fue un cinturón ancho que protegía el abdomen.

Armadura Antigua

Dicho cinturón se desarrolló en el antiguo Egipto (c. 3000 a.C.) hasta dar lugar a una prenda envolvente que se extendía desde las axilas hasta las rodillas, reforzada mediante acolchamientos y sujeta en los hombros con correas. En Siria (c. 1400 a.C.) se reforzó el traje típico, una camisa con mangas, mediante escamas de bronce y era utilizado como armadura por los combatientes en carros que, con las dos manos ocupadas, no podían sostener un escudo; las escamas se cosían a una tela o se entretejían en hileras flexibles de laminillas. Los cascos, en forma de gorras ajustadas de cobre batido, fueron utilizados por primera vez por los sumerios (c. 3000 a.C.). Los cascos asirios eran gorras cónicas de bronce con pequeñas orejeras.

Armaduras Griega y Romanas

Tanto la armadura de escamas como la de laminillas fueron mejoradas por los escitas y los griegos. La armadura griega era envolvente, contaba con refuerzos acolchados y tenía unos amplios faldones sobre los hombros; su porción inferior era una falda de tiras sueltas o pteryges. Una coraza, o thorax, de placas de bronce forjado, que reproducían con gran realismo la musculatura del torso, añadía protección al pecho y a la espalda. La armadura corporal griega se completaba con unas espinilleras de bronce que cubrían la parte inferior de las piernas, y un escudo redondo. Los cascos se diseñaban para cubrir la cabeza por completo; su forma perfecta solo se veía alterada por una hendidura en forma de Y para ver y respirar.

La primitiva armadura medieval

La técnica romana sobrevivió en el armamento de la figura más típica de la edad media europea: el caballero. En el siglo XI, la armadura del caballero consistía en una camisa de malla hasta los muslos (conocida como plaquín) con mangas hasta los codos y un escudo cónico con un guarda nariz. En el siglo XII se añadió una capucha a la camisa de mallas y se alargaron las mangas hasta terminar en unos guantes con dedo para el pulgar pero sin separaciones para los otros dedos; unas polainas de mallas protegían las piernas. Una camisa de mallas, formada por hasta 250.000 anillos de metal, podía pesar unos 11 kilogramos. La malla ofrecía resistencia al corte de las espadas, pero podía ser atravesada por la punta de lanzas y flechas, y también resultaba vulnerable a un golpe fuerte, por lo que resultaban esenciales para parar los golpes el escudo y una prenda interior acolchada llamada aketon.

En el siglo XI se aceptó como técnica de batalla la carga con la lanza acostada, es decir, sujeta bajo la axila derecha. El lado izquierdo del caballero o el escudo estaba siempre vuelto hacia el enemigo, por lo que la antigua forma oval del escudo se modificó en un dibujo apaisado con punta inferior aguda para protegerlo de los ojos a las rodillas, pero esta protección condenaba al combatiente a una posición demasiado rígida. Una vez desarrollado el visor que cubría el rostro y añadido al casco, la parte superior del escudo se cortó en línea recta y cuando se contó con sólidos protectores de las rodillas y espinilleras de placas, se acortó su parte inferior. Como el visor hacía irreconocible el rostro del caballero, se colocaron marcas de identificación en la superficie más idónea: su escudo; ese fue el origen de la heráldica. Los cruzados llevaban un sobreveste sin mangas sobre la armadura de mallas como protección contra el sol fuerte; esos sobrevestes blasonados con emblemas heráldicos recibieron el nombre de escudo de armas.

Los dardos lanzados por las perfeccionadas ballestas en el primer cuarto del siglo XIV podían penetrar la malla con facilidad, por lo que se hizo necesaria una armadura con superficies de desviación; esto se consiguió hacia 1350 mediante el desarrollo de placas completas de defensa para brazos y piernas, y con una armadura corporal hecha de pequeñas placas remachadas en el sobreveste, que pasó a llamarse cota de malla. La camisa de mallas sueltas se colocaba por la cabeza, pero la cota de malla tenía que ir muy ceñida y abierta por delante. La posición de combate era con el lado izquierdo, protegido por el escudo, orientado al enemigo; para desviar las puntas de lanza y los golpes de espada, la cota de malla había de abrocharse con su lado izquierdo solapado al derecho. (Esta es la razón de que las chaquetas masculinas aún se abotonen con el lado izquierdo sobre el derecho.)

La última armadura medieval

La armadura de placas articulada por completo que se desarrolló en la primera mitad del siglo XV recibió el nombre de gótica por su énfasis en las líneas verticales y su silueta puntiaguda, reminiscencias de la arquitectura de este mismo estilo. El estilo cambió hacia 1500, dando paso a un predominio de las formas redondeadas características del renacimiento. Una variante preferida por los alemanes por su fuerza adicional (llamada armadura Maximiliano, en homenaje al emperador Maximiliano II) contaba con superficies rizadas, como hierro acanalado.

El problema del peso era crucial en la construcción de la armadura. Se suponía que ésta había de proporcionar el máximo de protección con el mínimo de peso. Una armadura de batalla completa no podía pasar de los 29 kilogramos; se esperaba que ese equipo, bien articulado y ceñido al cuerpo, diera una completa movilidad al caballero, de modo que se pudiera montar rápido a caballo ante una emergencia sin utilizar estribos. La armadura de torneo pesaba el doble, pues consideraba primordial la seguridad, por encima de la movilidad.

Armaduras no europeas

La más conocida entre las armaduras no europeas es la del samurái japonés. Estos guerreros feudales vestían una armadura envolvente de láminas con faldones de hombros y faldas similares al modelo griego antiguo. Tales atuendos de protección estuvieron en uso en Japón hasta 1876, y armaduras similares se usaron en el Tíbet hasta el siglo XX. Los chukchi de Kamchatka, los inuit (esquimales) de Alaska y los iroqueses de Nueva York (en la época que contactaron con los europeos) utilizaban unas versiones que sustituían el metal por láminas de hueso o madera. Las excavaciones en China han descubierto estatuas de barro de guerreros del siglo III a.C., con armaduras de láminas similares a la armadura romana. En India, Persia y Turquía la armadura consistía sobre todo en mallas reforzadas a veces con pequeñas placas rectangulares. Los cascos terminaban en punta, con piezas móviles que protegían las mejillas y un guarda cuello (en Turquía), o con un camail (una pieza de malla colgante para proteger el cuello y el pecho) en Persia.

En México, durante la época de la conquista española, los aztecas y otros indígenas americanos vestían chaquetas acolchadas que resultaban tan eficientes contra las flechas de punta de piedra, que los invasores españoles no tardaron en adoptarlas para su uso. Similares armaduras acolchadas y reforzadas con trabajos de cestería formaban el equipo de los guerreros incas del Perú. Los pueblos de las llanuras norteamericanas usaban petos hechos de tubos de hueso dispuestos en hileras, si bien la mayoría de las tribus del norte y sur de América apenas usaban armadura. Incluso los iroqueses, que sí la conocían, nunca la usaron como arma ofensiva, sino tan sólo cuando combatían en defensa de sus poblados.

Declive de la armadura

Mientras que un caballero con armadura completa era casi invulnerable a las armas de filo y punta, el impacto de un proyectil de plomo podía destruir la armadura. Por eso, cuando la pólvora y los cañones reemplazaron el antiguo armamento, la armadura comenzó a modificarse. Placas más espesas proporcionaron la necesaria protección contra las balas, pero incrementaron en gran medida su peso. Por esa razón, al final del siglo XVI se sacrificó la protección total en favor de una armadura parcial; a mitad del siglo XVII sólo sobrevivían la coraza y el casco. La coraza todavía se utilizó durante los siglos XVIII y XIX como protección contra los golpes de espada.

Utilización moderna de la armadura

Durante la I Guerra Mundial el cuerpo del soldado se encontraba protegido dentro de la trinchera, pero se necesitaban cascos de acero para protegerse de la metralla. El Ejército alemán fue el primero en utilizar ese tipo de casco en 1915. La armadura bajo la forma de cascos de acero y chaquetas antiaéreas todavía se utiliza en la guerra moderna. Aparte de su uso militar, los cascos con visor, las prendas a prueba de balas y los escudos, resultan indispensables para la tarea de los cuerpos especiales de las policías modernas. La armadura también tiene su lugar en ocupaciones y juegos más pacíficos, aunque peligrosos. Los tocados duros (una forma de casco) son utilizados por mineros y obreros de la construcción, así como en muchos deportes de contacto, con añadidos de protección.