Término que se utiliza en gramática para referirse a aquellas palabras cuyos significados son opuestos. En términos generales, pueden ser dos adjetivos, dos sustantivos o dos verbos que significan lo contrario entre ambos. Como regla, deben pertenecer siempre a la misma categoría gramatical.
Encontramos tres tipos de antónimos; los recíprocos, donde uno depende del otro y no existe sin él, como por ejemplo: vender y comprar (para vender algo es necesario que alguien lo compre y para que alguien compre, debe haber alguien que venda) o nieto y abuelo (para ser abuelo, se necesita tener un nieto y viceversa).
Los antónimos complementarios, refieren a aquellas palabras cuyos significados son incompatibles entre sí: Ej. bueno y malo (una persona no puede ser buena y mala a la vez). Una de ellas excluye totalmente a la otra. Y los antónimos graduales, cuyas palabras se oponen pero gradualmente ya que existen otros términos con un significado similar pero en distinto grado. Por ejemplo: calor y frío (encontramos otras variantes de temperatura como templado, helado, etc.)
Las diversas lenguas, ofrecen múltiples posibilidades de expresión y de significación. Es por ello que es importante utilizar distintos sinónimos y antónimos tanto al hablar como para escribir, para demostrar una mayor riqueza cultural y también para evitar repetir las mismas palabras en un texto o conversación.
Existen para consultar diccionarios de antónimos disponibles en bibliotecas, librerías y en la web, donde podemos buscar el antónimo más apropiado para aquello que queremos decir.
Por otra parte, para referirse a un personaje contrario al protagonista de una película o un libro, se utiliza el término de antagonista. También existen opiniones y posturas que pueden ser antagónicas entre individuos.