Anfetaminas, grupo de sustancias químicas sintéticas con una potente acción estimulante sobre el sistema nervioso central. Existen diversas sales de anfetaminas y mezclas con otras sustancias.
La primera anfetamina fue sintetizada a mediados de la década de 1930 por Gorden Alles y se utilizó para el tratamiento del asma. Las anfetaminas han sido fármacos de frecuente prescripción médica. Se han utilizado en el tratamiento de la obesidad, la narcolepsia y trastornos de hiperactividad con déficit de atención, aunque hoy en día su uso está muy restringido y en la mayoría de los casos se ha abandonado a causa de sus efectos secundarios. En la actualidad, es frecuente su empleo como drogas de abuso debido a que los efectos de su consumo recuerdan a los de la cocaína.
Algunas anfetaminas, como la metanfetamina, el clorhidrato de metanfetamina (hielo) o el sulfato de anfetamina (speed), se consumen ilegalmente en forma de pastillas, comprimidos o en polvo. Según la sustancia, se pueden ingerir, fumar, inhalar o inyectar. En general, su consumo mantiene a la persona despierta y mejora su estado de ánimo aumentando la iniciativa, la autoconfianza y la capacidad de concentración. Disminuyen el cansancio, la necesidad de dormir y reducen el apetito. Producen verborrea, irritabilidad, sudoración, sequedad de boca, contracción de los músculos de la mandíbula, taquicardia e insomnio. Estos efectos pueden ir seguidos de fatiga y depresión. En ocasiones originan ansiedad, confusión, agresividad, delirio, crisis de pánico y tendencias suicidas u homicidas. La dosis tóxica es diferente para cada persona y la intoxicación grave puede producir convulsiones, coma e incluso la muerte.
El consumo crónico de anfetaminas puede desencadenar reacciones psicóticas con alucinaciones y delirios paranoides que recuerdan a los cuadros esquizofrénicos. Otros efectos a largo plazo son arritmias, hipertensión, colapso cardiovascular y trastornos digestivos.
Las anfetaminas provocan tolerancia dependiente de la dosis y originan una intensa dependencia psicológica. La metanfetamina fumada o inhalada da lugar a un síndrome de abstinencia semejante al que produce la cocaína. Este síndrome se caracteriza inicialmente por ansiedad, fatiga, insomnio, alteración del humor, deseo intenso de consumir y, posteriormente, depresión o incluso la adquisición de ideas suicidas.